| |
La República Democrática del Congo, Liberia, Colombia, Ruanda son solo algunos de los países que han empleado y emplean niños como soldados en sus guerrillas, sus ejércitos de liberación o sus bandas de salteadores y atracadores. El número, de 350.000, empleados para matar a sus semejantes y a amedrentar a la población civil es solo aproximado, pero podrían ser muchos más. La razón para ejercer tal infamia es la misma que para emplearlos en fábricas, minas o plantaciones; un niño es mucho más manejable, fácil de controlar y sus pautas sociales todavía no están arraigadas, por lo que trabajar hasta la extenuación o matar a un semejante con un arma es algo que se le puede enseñar con relativa facilidad. El sistema para reclutar niños va desde el secuestro puro y directo hasta el ingreso voluntario por encontrarse solo y desvalido pasando por el engaño en las aldeas o los pueblos donde viven, un engaño que puede ser ofreciendo, al niño o a sus padres, una vida mejor en algún lugar lejano o el ideal de integración en un ejército de liberación. Una vez reclutado es necesario asustarle, jugar con él con el miedo al castigo y al mismo tiempo ofrecerle la figura de un padre, un jefe benévolo que le salva de todo peligro. Se le suministra alcohol, las drogas necesarias y se le instruye en el manejo de las armas. Tras ese entrenamiento se le envía a combatir en algún lugar sin saber exactamente qué es lo que le puede pasar. Se han dado casos que, en ese entrenamiento, se le enseña a matar por primera vez y esa es la prueba definitiva porque si no se atreve a matar le matan a él para que el resto de reclutas lo vea. Un caso especial es de los niños empleados como sicarios en Colombia o en Brasil, niños a los que se les entrega una pistola a cambio de asegurar el mantenimiento de su familia si hace lo que le dice o si muere en alguna refriega. ¿Todo esto parece una película? Pues no lo es. |
viernes, 9 de enero de 2009
LOS NIÑOS DE LA GUERRA
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Por desgracia, es una realidad atroz. Estos niños quedan marcados de por vida. Su forma de actuar, su pautas de comportamiento van a estar siempre condicionadas por esos actos violentos que, por ser aprendidos a tan corta edad, quedan interiorizados e incorporados a la estructura de su personalidad.
ResponderEliminarQue dura es la vida de los niños en estos países donde no son sujetos de derecho, sino meros objetos para ser utilizados y que contraste, con la vida de los niños del primer mundo.
Alicia
¿Y no tenemos algo de responsabilidad nosotors mismosen eso? Ahoranos quejamos de que no podemos cambiarnos tan a menudo y sin embargo consumimos productos que fabrican niños-esclavos, quemamos petróleo de zonas en guerra y tiramos a la bsarua resto de comida que en otras latitudes salvarían la vida de mucha gente. No somos solidarios, tal vez solo, como diría Nietzscje, humanos, demasiado humanos.
ResponderEliminar